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Hacer todos los días ejercicio breve pero intenso mejora notablemente la salud
Aunque hasta ahora no lo sabíamos, la práctica de ejercicios físicos muy cortos pero intensos varias veces al día es una estrategia muy eficaz para mejorar la salud. Reduce el riesgo de muerte por cáncer o enfermedades cardiovasculares en más de un 40 %. Es importante tener en cuenta este dato en las políticas sanitarias y utilizarlo para fomentar la vida activa.
Hasta ahora, la Organización Mundial de la Salud venía recomendado hacer ejercicio físico suave de unos 150-300 minutos semanales o ejercicio físico intenso de unos 75-150 minutos, con el fin de preservar la salud general. Sin embargo, las últimas investigaciones han demostrado que ejercicios intensos pero muy breves ayudan a mantener la salud.
Mediante el seguimiento a más de 25.000 personas con vida pasiva, se observa que el hecho de integrar tres sesiones cortas de uno o dos minutos de ejercicio intenso a diario reduce un 38-40 % el riesgo de muerte por cáncer y otras causas y un 48-49 % el riesgo de muerte por enfermedad cardiovascular. Son ejercicios fáciles de realizar en la vida cotidiana, como subir escaleras, caminar rápido o transportar pesos. Según la investigación, el ejercicio físico es tan eficaz como hacerlo de forma estructurada en el gimnasio, en un deporte o en otros entrenamientos.
“Incorporar en el día a día ejercicios intensos de un minuto reduce un 38-40 % el riesgo de muerte por cáncer”
El ejercicio intenso reduce la inflamación y mejora la capacidad cardiopulmonar, lo que repercute directamente en el organismo: por cada mejoría de la capacidad cardiopulmonar equivalente a una unidad metabólica se reduce un 7 % el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares y morir por cáncer. Cáncer de mama, endometrio, colon, entre otros.
Todo ello gracias a los relojes deportivos. Hasta ahora, solo se ha considerado el ejercicio físico de más de 10 minutos y se ha relacionado con las actividades deportivas que se realizan en el tiempo libre. Sin embargo, el desarrollo de la tecnología portátil de acelerómetros de muñeca ha puesto de manifiesto la influencia que tienen los ejercicios cortos que se realizan en el día a día.
Combatir a la vida sedentaria
Los resultados tienen importantes efectos en el ámbito de la salud pública. La mayoría de las personas adultas mayores de 40 años tienen una vida sedentaria, ya que a muchas no les atrae el ejercicio físico estructurado o no lo pueden hacer. En consecuencia, su salud empeora antes de envejecer.
La integración de ejercicios intensos e intermitentes en el día a día, sin embargo, es asequible para cualquiera, ya que no requiere preparación física ni instalación especial ni inversión temporal. Basta con hacer de forma consciente los ejercicios que exige el día a día.
Los investigadores consideran importante que las políticas de salud pública y las políticas sociales tengan en cuenta estos resultados. La ciudadanía, en nombre de la comodidad, tiende a evitar actividades que conllevan pequeños momentos de fatiga en el día a día y es importante dar pautas para la reintegración de estas actividades vivas. Por ejemplo, dejar de usar el ascensor y subir por las escaleras, llevar las bolsas de la compra o recuperar las tareas domésticas. Entender que estas actividades de alta intensidad son saludables puede servir como estrategia para mejorar la salud general de la población y evitar enfermedades graves.