La UPV/EHU utiliza la herramienta de la huella ambiental para concebir un futuro más sostenible para la universidad

El grupo EHU-Aztarna de la Universidad del País Vasco / Euskal Herriko Unibertsitatea ha calculado la huella ambiental de la universidad y ha identificado las principales claves para ser más sostenibles en el futuro: cambiar los hábitos de transporte y
conseguir el equilibrio entre las actividades presenciales y online. El trabajo concluye que la metodología puede ser de aplicabilidad para que otras instituciones evalúen qué cambios pueden resultar más efectivos en la consecución de la sostenibilidad.

En el cálculo de la huella ambiental de la UPV/EHU se ha utilizado el programa OpenLCA, la base de datos Ecoinvent y la metodología de evaluación CML Midpoint. En el estudio se ha considerado todo el ciclo de vida de la universidad y se ha
calculado la huella ambiental, sin limitarse a la huella de carbono. Para ello se han cuantificado diferentes impactos, como el agotamiento de combustibles fósiles y otros recursos naturales, la toxicidad en el agua y en el suelo, el posible efecto en la disminución de la capa de ozono, la eutrofización y la acidificación, la emisión de partículas tóxicas para los seres humanos y el impacto sobre la oxidación fotoquímica de la atmósfera.

En definitiva, se ha medido el impacto que tienen el transporte, los residuos, el consumo energético y el consumo de material sobre todas las categorías mencionadas.

Los resultados indican de forma clara que el transporte, con una contribución al impacto total del 60 %, es la actividad que tiene mayor impacto. Ello se debe a que casi una cuarta parte de los desplazamientos se hace en vehículos particulares, especialmente en el campus de Leioa, situado fuera del centro urbano. Las infraestructuras informáticas también tienen una gran repercusión, ya que suponen el 9,6 % del consumo energético de la universidad y la renovación de las infraestructuras informáticas tiene un impacto significativo en el agotamiento de materiales y recursos naturales. Por último, el tratamiento mediante incineración de los residuos urbanos generados en la universidad también muestra un alto impacto de ecotoxicidad.

Esta herramienta se puede utilizar para implicar a toda la comunidad educativa en la apuesta por la sostenibilidad

Este ejercicio también ha servido para mirar tanto al pasado como al futuro. Por un lado, se han caracterizado los beneficios y los perjuicios causados por las clases que se impartieron online y de forma semipresencial durante la pandemia de la COVID-19. Por otro lado, se han analizado varias alternativas para mejorar la sostenibilidad de la UPV/EHU, como la ampliación de la vida útil del equipamiento informático, la sustitución de las calderas de calefacción de gas natural y gasóleo por bombas de calor, la mejora del sistema de recogida selectiva y en el tratamiento de residuos, el suministro de electricidad de origen renovable a los sistemas de climatización y de agua caliente, la sustitución de parte de los viajes en coche privado por transporte público y la implantación del teletrabajo en parte de la jornada de trabajadores y alumnado.

Se han calculado los beneficios y los perjuicios que cada cambio generaría en todas las categorías de impacto, y se ha llegado a la conclusión de que las medidas más eficaces serían la reducción de la movilidad y su colectivización. Es decir, el incremento la actividad online o teletrabajo y el cambio del transporte privado al público. Sin embargo, se ha considerado que las actividades online perjudicarían la calidad de la enseñanza. Por tanto, se ha llegado a la conclusión de que el cambio de
hábitos de movilidad es la principal estrategia para mejorar la sostenibilidad de la universidad en el futuro.

Por tanto, el cálculo de la huella ambiental puede ser una herramienta de ayuda para integrar el compromiso con el medio ambiente en el sistema educativo. Según se concluye en el estudio, la metodología puede ser útil para para que otras instituciones educativas identifiquen su impacto ambiental y diseñen un modelo sostenible convirtiendo así a toda la comunidad educativa en protagonista del cambio.


AUTORÍA DEL ARTÍCULO

Maite de Blas Martín, Estíbaliz Perez-Iribarren, Iñaki Zuazo Urionabarrenetxea, Eduardo Torre-Pascual, Ortzi Akizu-Gardoki, Iker Etxano Gandariasbeitia, Artizar Erauskin-Tolosa, Itziar Barinaga-Rementeria Zabaleta, Unai Tamayo Orbegozo, Isaac Barrio Marín, Gaizka Zulueta Roales, Gorka Bueno Mendieta