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Jóvenes y actitud frente a la vacuna de la COVID-19: su opinión está condicionada por su edad y el nivel de estudios de sus progenitores

En medio de la pandemia de un virus, la vacunación general de la población se ha convertido en la estrategia más eficaz para conseguir inmunidad de grupo y acabar con la pandemia. Para ello es necesario identificar los grupos humanos que muestran resistencia y dar una respuesta a sus inquietudes. Entre la población joven, los más jóvenes y aquellos cuyos padres y madres tienen un menor nivel de estudios muestran mayor resistencia a las vacunas. Es imprescindible tener en cuenta las resistencias de la población joven a la hora de diseñar campañas públicas.

A lo largo de la pandemia se ha investigado en más de una ocasión el comportamiento de la población adulta frente a las vacunas, pero apenas se han encontrado datos sobre la opinión de jóvenes y niños. Se ha preguntado a los adultos sobre la intención de vacunar a sus hijos e hijas, pero no se ha analizado su opinión. Asimismo, hay una amplia franja de edad en la que, si bien están al cuidado de sus padres, pueden mostrar su propia opinión y formar parte de la decisión. Por lo tanto, es importante analizar su opinión. Sobre todo porque la escolarización y la vacunación de niños, niñas y adolescentes han sido muy discutidas durante la pandemia. Y porque el hecho de que las vacunas se hayan autorizado más tarde para jóvenes menores de 16 años ha generado un vacío en la población inmunizada y ha impedido lograr la inmunidad colectiva.

Cuando se ha analizado expresamente la opinión de la población joven, se observa que el 68,3 % tenía intención de vacunarse, el 15 % estaba en duda y el 15 % no quería vacunarse. Los datos muestran una buena actitud general ante las vacunas, muy similar a la tasa de personas a favor de la vacunación de adultos (70 %).

Edad y nivel de estudios de los progenitores

En la opinión de los jóvenes no se aprecian diferencias en función del género, pero sí en función de la edad: los más jóvenes son los que más recelos tienen respecto a la vacuna. Y una segunda variable importante es que el nivel de estudios de padres y madres influye directamente en la percepción de la vacuna juvenil. Los jóvenes en cuyo caso ninguno de los dos progenitores cuenta con estudios universitarios son los que más recelo han mostrado. Según los datos facilitados por los alumnos, el 26 % no tiene progenitores con estudios universitarios, el 29,8 % solo tiene un progenitor con ese nivel de estudios y el 28,8 % tiene a ambos progenitores con ese nivel.

“Las campañas públicas de sensibilización deben orientarse a dar respuesta a las inquietudes de los grupos sociales más recelosos”

Por otro lado, un 15 % de los jóvenes ha declarado padecer alguna enfermedad crónica, como asma, alergia, trastorno por déficit de atención o hiperactividad, entre otros, y se ha querido saber si esto condiciona su opinión sobre las vacunas, ya que se han identificado como grupos vulnerables. No obstante, no se observan diferencias significativas entre unos y otros.

Según otros estudios, la seguridad de las vacunas, los posibles efectos secundarios y la creencia de que otras personas necesitan más esta vacuna son las mayores incertidumbres en su administración. Es importante identificar a los colectivos más recelosos a la hora de vacunarse y orientar las campañas públicas de sensibilización a dar respuesta a sus inquietudes.

Según otros estudios, la seguridad de las vacunas, los posibles efectos secundarios y la creencia de que otras personas necesitan más esta vacuna son las mayores incertidumbres en su administración.