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Claves para gestionar la basura que llega al mar desde los ríos

La gestión de la basura que llega al mar desde los ríos es un proceso muy complejo. Una parte llega al mar abierto y otra parte se acumula en el litoral. Se han identificado los principales factores que influyen en la dinámica de las basuras: el uso de tierras en torno al río, las corrientes oceánicas, los fenómenos meteorológicos, la flotabilidad de la basura y la estación del año. La monitorización de todos estos factores en ríos altamente contaminados ayudará a las autoridades a diseñar estrategias de respuesta de emergencia.

La gestión de la basura fluvial es un reto importante para la protección de los ecosistemas marinos y costeros. Al tratarse de caminos naturales al mar, todos los restos que llegan a los ríos por la deficiente gestión de la basura acaban dispersos por el mar. Las investigaciones han demostrado que el 80 % del plástico que hay en el océano procede de los ríos y señalan como responsables a los pequeños ríos de los núcleos urbanos. La propia Europa anualmente libera 307-925 millones de basura flotante en el océano a través de los ríos de los núcleos urbanos.

En los mares europeos, el sureste del golfo de Bizkaia es uno de los puntos más representativos de acumulación de basura marina flotante. No es fácil gestionar el problema porque no está claro por dónde y cómo viene la basura. Para que los municipios tengan criterios claros de gestión, en este estudio se ha analizado la dinámica de ocho ríos: Deba, Urola, Oria, Urumea, Oiartzun, Bidasoa, Urdazuri y Aturri. Para monitorizar el recorrido de la basura se han utilizado radares terrestres de alta frecuencia y boyas flotantes.

La compleja dinámica de la basura

Entender la dinámica de la basura es muy complejo, ya que depende de muchos factores. En primer lugar, las formas, profundidades y caudales de agua de los ríos. Sin embargo, el uso de los terrenos circundantes y la densidad de población también influirá en la naturaleza y cantidad de la basura que vierten. Asimismo, los ríos occidentales de Euskal Herria tienen una estrecha plataforma continental de entre 7 y 24 km en su desembocadura, pero una amplia plataforma de 70 km a medida que se acercan a Las Landas. Las corrientes que se generan en la plataforma son también muy intensas y duraderas en invierno y otoño, y más cortas en verano.

Dentro de esta complejidad, los investigadores concluyen que el 95 % de la basura flotante que transportan nuestros ríos es plástico. Entre estos residuos, son más frecuentes los de baja flotabilidad (por ejemplo, bolsas de plástico) que los de alta flotabilidad (por ejemplo, botellas). El viento provoca sobre todo el movimiento de basuras de alta flotabilidad, por lo que las corrientes oceánicas superficiales influyen más que el propio viento en la basura que desemboca en la costa vasca.

“Conociendo la dinámica de la basura, es necesario diseñar una coordinación transfronteriza”

Las basuras de alta flotabilidad se desplazan rápidamente a través del viento, pero en verano el 97 % de las partículas quedan atrapadas en el litoral al cabo de una semana. En otoño se reduce a un 54 % la tasa de basura atrapada. En el caso de los residuos de baja flotabilidad, sin embargo, quedan atrapados menos del 25 %. La mayoría se dispersan en mar abierto.

En consecuencia, las concentraciones de basura más altas se detectan en el extremo oriental de Euskal Herria y en verano, y están compuestas por basuras de alta flotabilidad.

Los investigadores tienen claro que para eliminar las basuras de los ríos y del mar es imprescindible reducir la basura del suelo y mejorar la gestión de los residuos locales, estableciendo políticas y normativas más estrictas. Asimismo, se recomienda que se tomen medidas para que la basura de los ríos no llegue al mar. Sin embargo, para poder recoger de forma eficaz la basura que ya está saliendo al mar, consideran imprescindible tener en cuenta la dinámica identificada en este estudio.